Constelaciones Sistémicas
- Claudia Tannus
- 28 oct 2020
- 3 Min. de lectura
La constelación familiar —Familienaufstellung en alemán— es una pseudoterapia que postula que las personas son capaces de percibir de forma inconsciente patrones y estructuras en las relaciones familiares y que estos quedan memorizados, sirviendo como esquemas afectivos y cognitivos que afectan a su conducta.

Qué Son? Las Constelaciones Familiares surgen como una exitosa modalidad de la psicoterapia sistémica y crecen hasta transformarse en una verdadera filosofía, una cosmovisión revolucionaria no sólo del ámbito terapéutico, sino de la vida en todas sus dimensiones -la actual “Hellinger Sciencia”®.
Fueron desarrolladas por Bert Hellinger, filósofo y psicoterapeuta alemán con formación en múltiples disciplinas, entre ellas: Teología, Psicoanálisis, Gestalt, Psicodrama, Terapia Primal, Hipnosis Ericksoniana, Análisis Transaccional y Terapia Sistémica.
El método terapéutico de las Constelaciones, se basa sobre todo en la concepción sistémica del ser humano, que lo considera parte de una trama vincular -familiar, social, cultural, espiritual-, que comienza a tejerse mucho antes del nacimiento. Esa trama condiciona su vida, su forma de ver el mundo y de actuar en él.
“A veces creemos que somos independientes, libres, autónomos y que podemos decidir nuestro destino. Todos estamos unidos con los destinos de los otros, de toda la humanidad. Todas las personas que han tenido que ver con nosotros viven dentro de nosotros.” Bert Hellinger
Cada individuo, como todo ser vivo, lleva en sí la impronta genética, histórica y energética de quienes le antecedieron y le pasaron la vida. Esta información está marcada a fuego en lo más profundo de nuestro ser y en el inconsciente colectivo de nuestro primer grupo de pertenencia: la familia.
Las Constelaciones Familiares permiten un acceso directo, vivencial, a ese campo de información sutil que Hellinger llama el “alma familiar”, trayendo a luz las dinámicas ocultas del sistema y abriendo un camino a la solución de los problemas que provocan sus implicancias, en nuestra vida actual.
La solución consiste en reconocer e integrar a todos aquellos que pertenecen al sistema. Tomar lo que nos fue dado por cada uno de ellos, tal como nos fue dado, empezando por la vida. Y honrarlos, haciendo con lo que recibimos algo bueno para nosotros y las generaciones venideras.
Se trata, en definitiva, de entrar en consonancia con nuestro origen, nuestra realidad y nuestro devenir. En palabras de Hellinger: “reconocer lo que fue, reconocer lo que es y reconocer lo que será”.
El éxito de las Constelaciones Familiares radica en que sus efectos, disparados en apenas unos pocos minutos de sesión terapéutica, operan a un nivel muy profundo, actúan durante meses, incluso años, y alcanzan a todos los miembros del sistema, transformando sus vínculos y sus vidas.
¿Para qué sirven?
Muchas veces no encontramos una salida a ciertos problemas que afectan nuestra vida negativamente: enfermedades; destinos difíciles o trágicos; accidentes y problemas recurrentes; inestabilidad emocional; violencia; fracasos o frustraciones constantes; conductas destructivas y autodestructivas; conflictividad en la pareja, con los hijos, en los vínculos con los demás…
Por medio de las Constelaciones Familiares podemos encontrar la relación entre estos problemas y ciertos mandatos, mitos y “lealtades invisibles” de nuestro sistema familiar, que pueden originarse muchas generaciones atrás.
Podemos rastrear, por ejemplo, la repetición de una antigua dinámica o patrón familiar hasta el presente. O descubrir que estamos identificados con un miembro excluido de nuestra familia. O constatar que una enfermedad está allí para expiar una culpa, saldar una injusticia o poner en evidencia algo que nadie en el sistema quiere ver.
Pero, lo más importante, podemos trascender estos enredos sistémicos, dejar atrás aquello que se transforma en un obstáculo para que fluya la vida, saneando y equilibrando nuestros vínculos, reestableciendo el orden y la integración, encontrando un camino propio de plenitud, reconciliación y paz interior.
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